UNA LUZ EN MEDIO DE LA OSCURIDAD
A Ingel Cruz (sobreviviente del incendio) Ella venía arrancando del incendio era una llama de luz a tanta oscuridad cuando sorprendió a la mecha en mis manos y las lágrimas que venían bajando de apagar las llamas. Encender aquel cigarrillo era el júbilo en aquella madrugada carbonizada de abril. En su mirada traía escaleras abajo pasos corriendo del sofocón gotas sudando al rocío ausente de este otoño. Traía una luz en su vientre un correr de ulular de baliza en su mirada una chispa en sus pasos de joven valiente. Su casa se la había fumado el cerro Merced me lo contó rápido contracciones a cada siete minuto con el peso de 8 meses de una luz de vela que no alcanzó el romanticismo pero que igual le encendía a la vida y que su agitar era soplo urgido para que no sea braza y es por eso creía que el incendio aún la seguía acalorada vería como esa braza dentro de su vientre le inflamaría el llanto del incendio de su casa. 4 am, Aven