VALPARAÍSO ETERNO
VALPARAÍSO ETERNO
Se pueden contar los
peldaños para subir
pero imposible los
que existen para bajar
Valparaíso Eterno es
continuo ulular
de cantores y poetas
que ejercen el oficio
de las palabras mas
que locas
que se escabullen de
eco en estos cerros
donde el porteño
baja y sube
en buscar del mar en
este bar
de oleaje fraterno
con una eternidad brava.
Valparaíso Eterno
si tus paredes
hablaran más allá de la mano y el lápiz
habría un océano
nuevo que escucharte
las noches serían
más largas que la guitarra de Nicanor
del amor a una
compañera
las baladas de todas
nuestras miradas
y las carcajadas
serían un poco más eterna como de aquel
que muchas veces y
tan honradamente
nos robó de la
sonrisa una lágrima
y hoy una vaguada por su partida ya Eterna
es cuando llueva las
alegrías en este cielo de recuerdos
es porque habrá una
gotera cayendo sobre esta madera
pronunciandote Tiln
Tiln.
Valparaíso Eterno
oleaje de memorias sobre
las mesas
olor a empanadas y vino tinto
a caucho quemado y a
barricadas
como brasa eterna en
la boca que inundan estos pasillos.
la voz de Carlos
Zamora lo entonan y otras
ondulan por los
cabellos que refleja las luchas
en el vibrar de las
cuerdas del canto de una noble metralla dulce
garganta que
Bernardita sabe tornar
la ultima nota en
alto arriba de su puño
hacia su amado
Sergio, compañero de la Internacional.
Valparaíso de
abrazos Eterno
en una mesa tiene
una carta de amor
un menú diario solo para
dos
el zarpe de los ojos
de Patricio
por la marea alta de
los labios de Alicia
y en aquella mesa
una vela encendida para navegar.
Valparaíso Eterno
más fácil sería
tomarse todo el mar en tu copa
para contar cuantos
peldaños existen para bajar
abandonarte y así
poder naufragar.
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