SALVADOR ALLENDE
Tan bien llamado Salvador Y te convertiste en Allende para traspasar fronteras Que tan mano eres de lo humano Me dejas sin respiración pero con leche Me hice pobre sin serlo No por querer ni lastimar Ni oler mal de harapos pulcro Ni limosna y ni pan duro tras el madero de una puerta cerrada Sino porque mi pobreza no es tan solo mía Me toca, me alumbra, me visita y la veo. Desde abajo Desde lo submarino del carbón Por la limpia lluvia del sur Hasta lo más profundo de lo alto Del cobre y el viento nortino Con su sombra amarilla de salitre Un pañuelo blanco en tus manos Nos saluda en el andamio sueño de querer es poder. . Blanco como la leche Como la sonrisa de un niño sin igual Cuando nos vayamos a las casas Y abracemos a nuestros hijos Y pensemos en el mañana. Allende te sales de la cordillera Como el humo a las fábricas Como la primavera a la tierra Como el sudor al humano Como el orgasmo en la boca de los enamorados.