UN MAR INFINITO


Mi madre ahora me saca la sal
del mar que está afónico en su oleaje
porque se ha contagiado de la arena
que no alcancé a sacarme de los zapatos
¿quién más que ella sabe reconocer
el horizonte de mis ojos cerrados?
en sus manos vuelve a tejer instantáneamente
algo parecido a su vientre
haciendo caracolas de ternura con sus caricias
regalándome todo el mar como cuna bordada de sus algas
entibiado con sus dedos de sol si es preciso para volver a nacer.


©Escritos con Tinta de Vida,
Pétalos, Espinas y Amongelatina
desde 1992
Todos los poemas están registrado con derechos
de autor, por lo que se pide citar la fuente.
©Registro de Propiedad Intelectual: 237.757
ISBN: 978-956-353-491-7

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